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Cuentos para reflexionar


CUENTO: EL ZAR Y LA CAMISA


EL ZAR Y LA CAMISA
Un zar, hallándose muy enfermo, tomó la decisión de darle la mitad de su reino a quien lo curase.
Entonces todos los sabios se reunieron y celebraron una junta para curar al zar, pero no encontraron ningún remedio para su mal.
Uno de ellos, sin embargo, declaró que era posible curar al zar. Explicó que si sobre la tierra se encontraba un hombre feliz, debía tomarse su camisa para que se la ponga el zar, con lo que éste sería curado.
El zar hizo buscar en su reino a un hombre feliz. Los enviados del soberano se esparcieron por todo el territorio, mas no pudieron descubrir a un hombre feliz. No encontraron a un hombre completamente contento con su suerte.
Uno era rico, pero estaba enfermo, otro gozaba de salud, pero era pobre. Aquél rico y sano, se quejaba de su mujer, otro de sus hijos... todos deseaban algo que no tenían.
Pero cierta noche, ya muy tarde, el hijo del zar, al pasar frente a una pobre choza, oyó que alguien daba gracias a Dios por su trabajo y su comida, mientras se regocijaba sintiendo que nada le faltaba.
El hijo del zar, lleno de alegría, inmediatamente mandó que le llevaran a su padre la camisa de aquel hombre, a quien en cambio había de darse cuanto dinero y lujos exigiera.
Los enviados se presentaron a toda prisa en la casa de aquel hombre para quitarle la camisa; pero el hombre feliz era tan pobre que no tenía camisa.
Hay cosas importantes de la vida no tienen un precio que pueda medirse en dinero. Así, con dinero podemos comprar:
Una cama, pero no el sueño;
Libros, pero no la inteligencia;
Adornos, pero no la belleza;
Una casa, pero no un hogar;
Medicinas, pero no la salud;
Lujos, pero no la alegría;
Diversiones, pero no la felicidad...
 NO ES MÁS RICO QUIEN MÁS TIENE, SINO QUIEN MENOS NECESITA. A la luz de ella, valorá cuánto tenés, no reniegues de ello, y ocúpate en ser mejor cada día, disfrutando de tu crecimiento
EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS
"Había contratado un carpintero para ayudarme a reparar mi vieja granja. Él acababa de finalizar su primer día de trabajo que había sido muy duro. Su sierra eléctrica se había estropeado lo que le había hecho perder mucho tiempo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Nos dirigíamos a la puerta de su casa y se detuvo brevemente frente a un precioso olivo centenario. Tocó el tronco con ambas manos.
Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. La energia había cambiado completamente. Posteriormente me acompañó hasta el coche.
Cuando pasamos cerca del olivo, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.
- Ese es mi árbol de los problemas, – contestó
- Sé que no puedo evitar tener problemas durante el día como hoy en el trabajo por ejemplo, pero no quiero traer estos problemas a mi casa. Así que cuando llego aquí por la noche cuelgo mis problemas en el árbol. Luego a la mañana cuando salgo de mi casa los recojo otra vez.
- Lo curioso es, – dijo sonriendo – que cuando salgo a la mañana a recoger los problemas del árbol, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior.

Maestro: si te centras en el ahora desaparecen todos los problemas.

Fuente: autor desconocido
www.contarcuentos.com


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Cuentos cortos para pensar – La Riqueza



Un día como cualquiera, un padre de una familia adinerada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito que su hijo viera cuan pobre era la gente que vive en el campo.

Estuvieron pasando todo el día y la noche en una granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje, ya de regreso a casa, el padre le pregun­ta a su hijo:
Padre: ¿Qué te pareció el viaje?
Hijo: Muy bonito, papa
Padre: ¿Viste lo pobre que puede ser lagente?
Hijo: Si
Padre: ¿Y qué aprendiste?
Hijo: Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cinco. Nosotros tenemos unapiscina larga hasta a la mi­tad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la muralla de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, tú y mi mamá tienen que trabajar todo el día y casi nunca los veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:
Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podemos lle­gar a ser!!!
Autor desconocido-www.pazinterior.net/cuentos-cortos-para-pensar



"UNA INSENSATA BÚSQUEDA"
Una mujer estaba buscando afanosamente algo alrededor de un farol. Entonces un transeúnte pasó junto a ella y se detuvo a contemplarla. No pudo por menos que preguntar:
--Buena mujer, ¿qué se te ha perdido?, ¿qué buscas?
Sin poder dejar de gemir, la mujer, con la voz entrecortada por los sollozos, pudo responder a duras penas:
--Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz, he venido a buscarla junto a este farol.
*El Maestro dice: No quieras encontrar fuera de ti mismo lo que sólo dentro de ti puede ser hallado."

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CUENTO SUFI
Una vez el sultán iba cabalgando por las calles de Estambul, rodeado de cortesanos y soldados. Todos los habitantes de la ciudad habían salido de sus casas para verle. Al pasar, todo el mundo le hacía una reverencia. Todos menos un derviche arapiento.
El sultán detuvo la procesión e hizo que trajeran al derviche ante él. Exigió saber por qué no se había inclinado como los demás.
El derviche contestó:
- Que toda esa gente se incline ante ti significa que todos ellos anhelan lo que tú tienes : dinero, poder, posición social. Gracias a Dios esas cosas ya no significan nada para mí. Así pues, ¿por qué habría de inclinarme ante ti, si tengo dos esclavos que son tus señores?.
La muchedumbre contuvo la respiración y el sultán se puso blanco de cólera.
- ¿Qué quieres decir? – gritó.
- Mis dos esclavos, que son tus maestros, son la ira y la codicia – dijo el derviche tranquilamente.
Dándose cuenta de que lo que había escuchado era cierto, el sultán se inclinó ante el derviche.
Fuente: tradicional sufi

NO DIVIDAS Y REINARÁS

Cuentan que lo único que cierto sabio sufí dejó en herencia a sus cinco discípulos fue una hermosa alfombra de oración cuadrada.

Cuando hubo pasado el duelo por la muerte de su maestro, los discípulos decidieron separarse. Cada uno quería quedarse con una parte de la alfombra como recuerdo, pero no sabían cómo dividirla.
Discutieron durante largo tiempo para encontrar la solución. No les gustaba la idea de partirla en cinco bandas. Ellos preferían dividirla en cinco pedazos cuadrados ya que de esa forma podrían honrar mejor las enseñanzas de su maestro. Sin embargo, a ninguno de ellos se le ocurrió una solución aceptable, de modo que continuaron juntos, y juntos siguieron orando ante la alfombra.
Maestro: el legado que deja este maestro no fue material (la alfombra), sino dio la inteligencia para pensar que la mejor solución era seguir rezando juntos (algo que quería el maestro).
Fuente: Cuentos Sufis, la filosofía de lo simple





El Zorro inválido


Una vez un hombre vio a un zorro inválido y se preguntó cómo haría para estar tan bien alimentado. Decidió pues, seguirlo y descubrió que se había instalado en un lugar donde solía ir un gran león a devorar a sus presas. Cuando el león terminaba de comer, se alejaba y entonces el zorro iba y se alimentaba a placer.

El hombre se dijo:

-Yo también quiero que el destino me ofrezca de igual manera.

Y se marchó a un pueblo y se sentó en una calle cualquiera a esperar. Pasó el tiempo y no sucedió nada, excepto que cada vez estaba más hambriento y débil. Entonces, en su debido momento, escuchó una voz interior que le dijo:

-¿Porqué quieres ser como un zorro que busca la manera de beneficiarse de otros?, ¿por qué no ser como un león para que otros se beneficien de ti?



El asno y el camello


Un asno y un camello caminaban juntos. El camello se movía con pasos largos y pausados. El asno se movía impacientemente tropezándose de vez en cuando. Al fin el asno dijo a su compañero:

-¿Cómo es que me encuentro siempre con problemas, cayéndome y haciéndome rasguños en las patas, a pesar de que miro cuidadosamente al suelo mientras camino, mientras que tú que nunca pareces ser consciente de lo que te rodea, con tus ojos fijos en el horizonte, mantienes un paso tan rápido y fácil en apariencia?

Respondió el camello:

-Tu problema es que tus pasos son demasiados cortos y cuando has visto algo es demasiado tarde para corregir tus movimientos. Miras a tu alrededor y no evalúas lo que ves. Piensas que la prisa es velocidad, imaginas que mirando puedes ver, piensas que ver cerca es lo mismo que ver lejos. Supones que yo miro el horizonte, aunque en realidad sólo contemplo hacia el frente como modo de decidir qué hacer cuando lo lejano se convierta en cercano. También recuerdo lo que ha sucedido antes y así no necesito mirar hacia atrás y tropezar una vez más. De este modo lo que te parece confuso o difícil se vuelve claro y fácil.
Cuenos Sufies



CENTRARSE EN UNA SOLA COSA




El joven Tanit fue a ver al sabio del pueblo y le preguntó:
- Señor, ¿qué debo hacer para conseguir lo que yo quiero?
El sabio no contestó. Tanit se marchó después de repetir su pregunta varias veces con el mismo resultado.
Volvió al día siguiente con la misma pregunta. De nuevo no obtuvo ninguna respuesta por lo que volvió por tercera vez y repitió su pregunta:
- ¿Qué debo hacer para conseguir lo que yo quiero?
El sabio le miró y dijo:
- Ven conmigo

Y se dirigieron a un río cercano. Entró en el agua llevando al joven de la mano y cuando alcanzaron cierta profundidad el sabio se apoyó en los hombros del joven y lo sumergió en el agua. Pese a los esfuerzos del joven por liberarse, allí lo mantuvo el sabio un largo rato. Al fin lo soltó y Tanit pudo recuperar su aliento.
Entonces el sabio le preguntó:
- Cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas?
Sin vacilar Tanit contestó:
- Aire, quería aire.
- ¿No hubieras preferido mejor riquezas, comodidad, placeres, poder o amor?
– No, señor, deseaba aire, necesitaba aire y solo aire – fue su inmediata respuesta.
- Entonces – contestó el sabio -, para conseguir lo que tú quieres debes quererlo con la misma intensidad que querías el aire, debes luchar por ello y excluir todo lo demás.
- Debe ser tu única aspiración día y noche.
- Si tienes ese fervor, conseguirás sin duda lo que quieres.
Maestro: con el esfuerzo, la insistencia y centrando tu energia en una única cosa conseguirás todo lo que te propones
Fuente: autor desconocido

www.contarcuentos.com-cuentos hindúes




El Amor y la Pasión

Había una princesa que estaba locamente enamorada de un capitán de su guardia y, aunque sólo tenía 17 años, no tenía ningún otro deseo que casarse con él, aún a costa de lo que pudiera perder. Su padre que tenía fama de sabio no cesaba de decirle: no

estás preparada para recorrer el camino del amor. El amor es renuncia y así como regala, sacrifica. Todavía eres muy joven y a veces caprichosa, si buscas en el amor sólo la paz y el placer, no es este el momento de casarte.

-Pero, padre, ¡sería tan feliz junto a él!, que no me separaría ni un solo instante de su lado. Compartiríamos hasta el más profundo de nuestros sueños.

Entonces el rey reflexionó y se dijo:

-Las prohibiciones hacen crecer el deseo y si le prohíbo que se encuentre con su amado, su deseo por él crecerá desesperado. Además los sabios dicen: “Cuando el amor os llegue, seguidlo, aunque sus senderos son arduos y penosos”.

De modo que al fin le dijo a su hija:

-Hija mía, voy a someter a prueba tu amor por ese joven. Vas a ser encerrada con él cuarenta días y cuarenta noches. Si al final siguen queriéndose casar es que estás preparada y entonces tendrás mi consentimiento.

La princesa, loca de alegría, aceptó la prueba y abrazó a su padre. Todo marchó perfectamente los primeros días, pero tras la excitación y la euforia no tardó en presentarse la rutina y el aburrimiento. Lo que al principio era música celestial para la princesa se fue tornando ruido y así comenzó a vivir un extraño vaivén entre el dolor y el placer, la alegría y la tristeza. Así, antes de que pasaran dos semanas ya estaba suspirando por otro tipo de compañía, llegando a repudiar todo lo dijera o hiciese su amante. A las tres semanas estaba tan harta de aquel hombre que chillaba y aporreaba la puerta de su recinto. Cuando al fin pudo salir de allí, se echó en brazos de su padre agradecida de haberle librado de aquel a quién había llegado a aborrecer.

Al tiempo, cuando la princesa recobró la serenidad perdida, le dijo a su padre:

-Padre, háblame del matrimonio.

Y su padre, el rey, le dijo:

-Escucha lo que dicen los poetas de nuestro reino:

“Dejad que en vuestra unión crezcan los espacios.

Amaos el uno al otro, más no hagáis del amor una prisión.

Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis de la misma.

Compartid vuestro pan, más no comáis del mismo trozo.

Y permaneced juntos, más no demasiados juntos,

pues ni el roble ni el ciprés, crecen uno a la sombra del otro”.       







Las cosas no son lo que parecen

"Un hombre viajaba tranquilamente en su coche. Sucedió que al entrar en una curva peligrosa, otro coche salía de ésta dando volantazos y viniendo hacia él de manera muy peligrosa. Al pasar a su lado casi rozando, gritó su conductor:

-¡Cerdo¡

El primer hombre indignado le respondió con otro insulto y continuó como pudo entrando en la curva y una vez pasándola se encontró de inmediato con un enorme cerdo, que no pudo esquivar y al que golpeó saliéndose de la carretera y quedando tirado en la cuneta."

Autor desconocido-extraído de la web




SER FELIZ ES COMO ANDAR EN BICICLETA.....



    
 En cierta  ocasión durante un seminario para  matrimonios, le preguntaron  a un Hombre:  
 -Te hace  feliz tu esposa?
  ¿Verdaderamente te hace feliz?
En ese momento, la  esposa levantó ligeramente  el cuello en señal de seguridad,  sabía que su  esposo diría que sí, pues el jamás se  había  quejado durante su matrimonio.
 
  
Sin embargo,  el esposo respondió con un rotundo
  
- 'No  ...... no me hace feliz' 
Y ante el asombro de la  mujer... continuó:

- 'No me  hace feliz ......... ¡Yo soy feliz! ...  
  
El que yo  sea feliz o no, no depende de ella,   sino de  mí.
Yo soy la  única persona, de quien depende mi felicidad.  
Yo determino  ser feliz en cada situación y en cada momento de mi  vida,   pues si mi felicidad dependiera ...de alguna  persona,  cosa... ó circunstancia sobre la faz de esta tierra, 
yo  estaría en serios problemas. 
Todo lo que existe en esta  vida, cambia continuamente: ...el ser humano, las  riquezas,  mi cuerpo, el clima,  los placeres, etc   Y así podría decir una lista interminable.  
A través de  toda  mi vida, he aprendido algo;
 decido ser feliz y a lo demás lo llamo....  
'experiencias':
amar,
perdonar,
ayudar,
comprender,
aceptar,

escuchar,
consolar.

Hay gente que dice: 
-  No  puedo ser feliz .. porque estoy enfermo,  porque no tengo  dinero,   porque hace mucho calor,   porque alguien me   insultó  porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me  valoró...
Pero ...lo que no sabes es que ....PUEDES SER  FELIZ.......
aunque...  estés enfermo,
aunque... haga calor,

aunque... no  tengas  dinero,
aunque  ...alguien te  haya insultado,
aunque  ...alguien no te amó 
o no te haya  valorado .
La vida es como andar en bicicleta...   
te  caes, solo si dejas de pedalear.

SER FELIZ  ES
UNA  ACTITUD ANTE LA VIDA
QUE  CADA UNO DECIDE. 
 


CUENTO EXTRAÍDO DEL LIBRO "VEINTITRÉS MAESTROS DE CORAZÓN"-  CARLOS LÓPEZ PÉREZ
 “ Érase una vez tres gusanos de seda que ignoraban su futuro como mariposas. Sus nombres eran: Pesimista, Realista e Idealista. Se les acercaba la hora de su transformación y empezaron a sentir los primeros síntomas.....Su voraz apetito fue desapareciendo, su movilidad menguaba a gran velocidad y, finalmente, sintieron como el capullo les aislaba del mundo conocido, de la seguridad de lo cotidiano. En la oscuridad del misterio de su futuro, tuvieron pensamientos distintos:
PESIMISTA se dijo a sí mismo que estaba viviendo el final de su vida, y en lo más profundo de su sentir, se despidió de los buenos momentos.
REALISTA se dio ánimos diciéndose que todo aquello sería momentáneo y que, tarde o temprano, todo volvería a la normalidad.
IDEALISTA sintió que, aquello que le estaba ocurriendo, podría ser la oportunidad para que se cumpliese su sueño más preciado: poder volar. Y aprovechó la oscuridad para perfeccionar sus sueños.
Cuando los tres capullos se abrieron, dejaron ver tres realidades iguales y distintas, a la vez....
PESIMISTA era una bellísima mariposa, pero....estaba muerta....Había muerto de miedo.
REALISTA era una hermosísima mariposa, pero...a pesar de ello, empezó a arrastrarse como cuando era gusano. Con satisfacción, dio las gracias al cielo por haber podido seguir igual.
IDEALISTA, nada más ver la luz del día, buscó sus alas...y al verlas, su corazón rezumó alegría, emprendió el vuelo, y dio las gracias, repartiendo su dicha por todo el bosque”